Ando muy ocupada últimamente. Pero mucho. Me cuesta ponerme al día de las actualizaciones de los blogs de mis compañeras de afición, y actualizar el mío propio. Tengo bastantes novedades y cosas que enseñar, se me acumulan las ideas y no puedo darles salida, y seguro que a la larga eso no es bueno para la salud ;-)
En fin, mejor tomarse las cosas con humor, que siempre le quita estrés al estrés.
Hoy vengo a enseñaros mis Nancyclopedias, ahora que el tercer tomo está recién salido de la imprenta. Tengo el primero desde hace poco, aunque le tenía muchas ganas tardé en comprarlo, y el tercero llegó esta misma semana. El segundo no lo he comprado de momento, y no sé si lo haré, la verdad.
Supongo que es de sobras conocido este primer volumen. A mí me decepcionó un poco la escasa calidad de las fotos, unas más que otras, pero mejorable en todo caso. Por lo demás, es la que abarca la época feliz en que Nancy fue mi principal amiga y compañera de juegos, y los modelos que yo tuve de niña. A pesar de llevar mucho tiempo viendo todos esos vestidos y complementos en los blogs y colecciones de internet, tenerlos en formato físico y poder pasar las hojas del libro me encanta. Nací analógica, qué le vamos a hacer.
El segundo no lo compré porque está dedicado a los años 80, y no me gustan demasiado ni las muñecas ni la estética en general que tienen esos diseños para Nancy. Nada que no refleje lo que fue la moda ochentera, ya lo sé, pero no me identifico para nada con la muñeca en esa época, que además fue la de mi distanciamiento de ella, por edad y circunstancias generacionales. Tal vez me la compre por tener la colección completa, pero en principio no me interesa.
El tercero ya es otro cantar. Si bien los primeros modelos de la década de los noventa beben demasiado para mi gusto de las fuentes de los ochenta, como es lógico, felizmente aborda la irrupción en el mercado de las maravillosas Nancys Quirón, que yo creo que recuperaron la esencia de la Nancy original.
Con estas preciosas muñecas me reencontré con Nancy, y me parecen maravillosas todas. A mí y a todo el mundo, parece ser, imposible conseguirlas a un precio mínimamente razonable, se cotizan más que las de los años setenta.
Aquí se ocupan también de las reediciones, y está muy actualizada, pues han incluido incluso la última Nancy Playa.
Y las niñas tan contentas ellas, que se saben ya celebridades en toda regla. Espero que no se me pongan insoportablemente egocéntricas.